El 26 de julio ha pasado a la historia cubana como el Día de la Rebeldía Nacional.
En esa fecha, pero de 1953, un grupo de jóvenes, liderados por el abogado Fidel
Castro, asaltaron el Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, dispuestos a no
dejar morir a José Martí, el Héroe Nacional, en el año de su centenario. Los
jóvenes participantes en la acción revolucionaria se proponían poner en pie de
guerra a la antigua provincia de Oriente, escenario de pasadas grandes luchas
por la independencia de Cuba. Para ello previeron la toma también del Cuartel
Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, nudo de importantes comunicaciones en el
área. La Isla vivía en aquellos momentos una situación especial, el
golpe de estado pro imperialista del 10 de marzo de 1952 provocó una conmoción
general en la sociedad cubana, a pesar de que esta tenía en crisis permanente
sus instituciones y sistema democrático. El
asalto a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes y el posterior
juicio contra Fidel Castro marcaron un hito en el devenir histórico de la Mayor de las Antillas. En un
pequeño cuarto del hospital santiaguero Saturnino Lora, convertido en sala de
justicia, el principal acusado de la causa 37 de 1953 pronunciaba su
trascendental alegato, conocido posteriormente como La Historia me Absolverá y
en el que Fidel Castro expuso el plan de acción de los revolucionarios. La
educación era uno de los seis problemas a resolver luego del triunfo de la
revolución, junto al de la tierra, la industrialización, la vivienda, el
desempleo y la salud.
Con el triunfo de la revolución, en enero de 1959, se acometía de inmediato el
cumplimiento del Programa del Moncada, y en 1961, Cuba, país en el 30 por
ciento del campesinado no sabía ni firmar, se declaraba Territorio Libre de analfabetismo. Otras importantes transformaciones tendrían lugar en el
territorio cubano. El gobierno revolucionario dedicaría todos sus esfuerzos por
poner fin a los males que afectaban a la sociedad.
En esa fecha, pero de 1953, un grupo de jóvenes, liderados por el abogado Fidel
Castro, asaltaron el Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, dispuestos a no
dejar morir a José Martí, el Héroe Nacional, en el año de su centenario. Los
jóvenes participantes en la acción revolucionaria se proponían poner en pie de
guerra a la antigua provincia de Oriente, escenario de pasadas grandes luchas
por la independencia de Cuba. Para ello previeron la toma también del Cuartel
Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, nudo de importantes comunicaciones en el
área. La Isla vivía en aquellos momentos una situación especial, el
golpe de estado pro imperialista del 10 de marzo de 1952 provocó una conmoción
general en la sociedad cubana, a pesar de que esta tenía en crisis permanente
sus instituciones y sistema democrático. El
asalto a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes y el posterior
juicio contra Fidel Castro marcaron un hito en el devenir histórico de la Mayor de las Antillas. En un
pequeño cuarto del hospital santiaguero Saturnino Lora, convertido en sala de
justicia, el principal acusado de la causa 37 de 1953 pronunciaba su
trascendental alegato, conocido posteriormente como La Historia me Absolverá y
en el que Fidel Castro expuso el plan de acción de los revolucionarios. La
educación era uno de los seis problemas a resolver luego del triunfo de la
revolución, junto al de la tierra, la industrialización, la vivienda, el
desempleo y la salud.
Con el triunfo de la revolución, en enero de 1959, se acometía de inmediato el
cumplimiento del Programa del Moncada, y en 1961, Cuba, país en el 30 por
ciento del campesinado no sabía ni firmar, se declaraba Territorio Libre de analfabetismo. Otras importantes transformaciones tendrían lugar en el
territorio cubano. El gobierno revolucionario dedicaría todos sus esfuerzos por
poner fin a los males que afectaban a la sociedad.
EL SUREÑO 